¿Qué es lo mejor que jamás te ha ocurrido? Aunque en ese momento no me di cuenta, lo mejor que jamás me ha pasado a mí, es haberme roto el brazo y perder mi trabajo.

Corría la década de 1990. Amaba jugar soccer en mi tiempo libre, y en cierta ocasión durante un juego, un miembro del equipo contrario cometió a propósito una falta en mi contra, ocasionándome una lesión que puso fin a la carrera que había elegido seguir como diseñador de gráficos por computadora.

No soy el tipo de persona que se sienta en un rincón para sentir lástima de uno mismo, de manera que al encontrar en el periódico una oferta para un trabajo en el área de finanzas, decidí solicitarlo. Pensé que me iba a convertir en un corredor financiero en la ciudad de Londres, pero terminé vendiendo seguros de vida.

Al estar hoy aquí, me siento agradecido por tener un negocio en casa, en el Reino Unido, y contar con un maravilloso equipo de trabajo, fantásticos clientes, y que todo marche de maravilla a pesar de que no estoy ahí. Pero en aquel entonces, en los 90s, mi recién comenzado negocio, si es que se le podía llamar negocio, solo funcionaba si yo lo trabajaba.

Trabajé duro—25 horas al día, 8 días de la semana. Por lo menos, así es como se sentía. No tenía nadie a quién venderle un seguro tampoco. Tenía que encontrar yo mismo a cada uno de los prospectos. Mi única opción eran las llamadas en frío.

Desde aquellos primeros días en la profesión, he rastreado mi actividad en números, y hoy todavía lo hago. Puedo decirte que hice 997 llamadas en frío antes de tener mi primer cita. Esto te dice dos cosas acerca de mí:

• Estoy determinado a tener éxito.
• Soy un fiasco en las llamadas en frío.

Pensé que tenía que existir otra manera. Aunque no tenía un centavo en el bolsillo, me las arreglé para pagarme la entrada a una conferencia en Reino Unido, y fue ahí donde supe por primera vez de la MDRT. Conocí a quien era el presidente—¡el presidente! Yo, presentándome con el presidente de la MDRT, ¡no me lo podía creer! Justo ahí, y en ese instante, me prometí a mi mismo que calificaría para la MDRT.

Me tomó 3 años, pero en 1999, lo logré. Aunque todavía estaba con los bolsillos vacíos, logré costearme el viaje a la Reunión Anual de la MDRT en Nueva Orleans. ¡Fue asombroso! Aproveché cada oportunidad para aprender de todos los que me rodeaban, en las sesiones y en los corredores.

Había personas con listones blancos—Miembros del TOP de la Mesa, y si yo les preguntaba, estaban dispuestos a compartir sus mejores ideas conmigo. ¡Asombroso!

Hace algunos años, me pidieron que presentara una Sesión de Enfoque para compartir mis propias ideas. Qué honor y qué emoción. Fue el año en que califiqué para la Corte de la Mesa. Desde entonces, la producción en mi negocio se ha incrementado año tras año.

No es tan solo un asunto de negocios; también es personal. He abrazado y me he apropiado del concepto de Persona Integral, y eso me ha ayudado a disfrutar las recompensas de esta profesión y compartirlas abiertamente con quienes forman parte de mi vida, lo cual es justo y bueno, pues en cierto momento, ha parecido como si me hubiera tragado a una persona completa.

Hablando en serio, el concepto de Persona Integral de la MDRT ha sido la clave para alcanzar y mantener mi estatus como TOP de la Mesa a lo largo de los años, pues me ha dotado de la energía y enfoque que requiere el negocio, asegurando siempre el tiempo necesario para mi familia, las causas nobles a las que me siento inclinado de corazón, y sí, también un poco de tiempo para mí mismo.

A propósito de la familia, en muchos discursos como este, llega un momento cuando la persona que está en el escenario agradece y reconoce a sus seres queridos, y la cámara los enfoca entre la audiencia. Pues bien, estoy doblemente agradecido, pues la única razón de poder estar de pie frente a ustedes el día de hoy, es porque Melissa, mi esposa, no está aquí. Ella está atendiendo un trabajo mucho más demandante y valioso que el que todos aquí llevamos a cabo vendiendo seguros de vida y protegiendo otras familias. Melissa se encuentra en el Reino Unido, al frente de nuestro negocio familiar, y en casa, siendo madre y protegiendo a nuestra familia.

Durante muchos años he asistido a la Reunión Anual yo solo, y mientras aprendo de las sesiones, a decir verdad, la experiencia ha sido un tanto solitaria fuera de las presentaciones. Fue solo hasta que me hice voluntario del PGA en la Reunión Anual, que descubrí otra dimensión de la MDRT y otro nivel de aprendizaje, conocimiento, y sabiduría, disponibles para todos, pero solo visibles una vez que levantas la mano y te conviertes en voluntario.

Y junto con el aprendizaje, inesperadamente, llegaron la amistad y la diversión. No fue por eso que me uní al voluntariado, pero sí fue un gran motivo para regresar.

¿Por qué cada año renuevo mi membresía y asisto a la Reunión Anual? Porque conectarme con otros miembros y tener acceso a los recursos de la MDRT durante todo el año es la motivación constante que necesito para operar al máximo nivel.

En retrospectiva, es increíble cómo el ser voluntario por unas pocas horas fue el comienzo del caminar que me ha llevado directamente hasta este momento en el Escenario Principal. Puede ser que algunas veces haya perdido el rumbo, pero aun sin saberlo, siempre ha habido un miembro de la MDRT listo para guiarme con suavidad de vuelta al camino.

No existe la menor duda. Soy una persona ordinaria que ha alcanzado el extraordinario honor de estar aquí y ser nominado para el Comité Ejecutivo, todo gracias a otros miembros de la MDRT que han compartido sus ideas y experiencias, guiándome en cada paso del camino.

Se acostumbra cerrar este tipo de discursos agradeciendo a aquellos que te han ayudado a llegar aquí. Bueno, pues yo quiero agradecer a la persona que deliberadamente cometió la falta en mi contra en aquel juego de soccer. Eso significó romperme el brazo y perder mi trabajo. Pero también significó que me convirtiera en agente de seguros y consultor financiero profesional. Significó que conociera a mi esposa y a mis hijos. Y significó que me uniera a la MDRT y me convirtiera en un mejor dueño de mi negocio, en una Persona Integra, y en un voluntario entusiasta.

Como suele ocurrir en nuestras vidas, aquello que al momento parece desastroso, puede ser el catalizador para lo mejor que jamás pueda ocurrirnos.

Profesionalmente, este momento, ahora mismo, es lo mejor que me ha pasado. Es con gran honor, humildad y orgullo que acepto esta nominación..

Ian Green, Dip PFS, De Londres, Inglaterra, es el Nominado al Comité Ejecutivo 2017 de MDRT. Ha sido miembro de MDRT 19 años, 5 veces calificado en Court of the Table y 11 en Top of the Table. Además, es Caballero Diamante de la Fundación MDRT y fue miembro de su Sociedad Inner Circle 2016. Green actualmente funge como Vicepresidente Divisional de Top of the Table. Promotor del concepto de Persona Íntegra de MDRT, Green ha equilibrado su carrera y voluntariado sin descuidar su tiempo para la familia. Es fundador de una firma familiar de planeación financiera, Green Financial Advice, en Londres, y cuenta con casi dos décadas de experiencia en servicios financieros. Su muy generoso voluntariado en MDRT incluye el liderazgo de varias divisiones. Top of the Table, Comunicaciones con la Membresía, Programación de la Reunión Anual, entre otros. Su liderazgo y el liderazgo en la profesión se extiende más allá de MDRT, con compromisos constantes de conferencias al público de sus colegas, y tuvo posiciones como miembro del consejo de la Personal Finance Society Charitable Foundation y del consejo directivo de la Asociación de Seguros de Vida.